Echa un poco de bicarbonato de sodio sobre las áreas difíciles de acceder (presta atención a las esquinas). Luego agrega vinagre: verás algunas burbujas, lo cual es una buena señal.
Deja que haga efecto durante 10-15 minutos, el bicarbonato de sodio y el vinagre combaten a la perfección el óxido y la suciedad pegada. Después, solo tendrás que pasar unas servilletas de papel las áreas tratadas y listo.